Hábitos que dañan nuestros dientes

Muchas veces desarrollamos o adquirimos hábitos que afectan negativamente a nuestra salud dental. A nadie se le escapa que uno de los más nocivos es fumar y que, en realidad, no afecta solo a la boca sino a todo el organismo. El cepillado incorrecto, un mal uso de los dientes y una alimentación indebida son otros de estos hábitos.

   Los fumadores tienen una mayor predisposición a sufrir enfermedades tan graves como el cáncer oral, además de que se encuentran más expuestos al riesgo de padecer gingivitis, periodontitis o piorrea, por citar algunos de los casos más conocidos.

   La nicotina y el alquitrán de los cigarrillos se disuelven en la saliva y penetran en la dentina, siendo dos de los componentesque causan buena parte de estos problemas.

   No son, sin embargo, las únicas consecuencias negativas que se desprenden del hábito de fumar.

   De todos es conocido el efecto inmediato de mal aliento que provoca el tabaco, así como la alteración en el color de los dientes y el aumento del riesgo de padecer caries.

   Más allá de todo eso, fumar puede llegar incluso a anular el sentido del gusto e inflamar el paladar.

El cepillado debe ser suave y circular

   Cepillarse con excesiva fuerza o hacerlo con cerdas demasiado duras es otro de los comportamientos contrarios a una buena salud dental. Lo que se produce en este caso es un desgaste por fricción, cuyas consecuencias serán la pérdida progresiva del esmalte, el aumento de la desagradable sensibilidad dental y la retracción de las encías.

   Hay que poner, por tanto, cuidado cuando elijamos el cepillo con el que mantener a raya nuestra boca. Cualquier no vale.

   A la hora del cepillado, además, hay que tener en cuenta la necesidad de que los movimientos sean circulares y no horizontales.

Hilos, plásticos, lápices… no deben morderse

   Una mala costumbre muy extendida es la de utilizar los dientes como si fueran abrebotellas, tijeras o cualquier otra herramienta.

   Seguro que usted mismo ha caído alguna vez en la tentación de desenroscar un tapón o cortar un hilo o un plástico de esta manera. Seguramente también se ha llevado alguna vez el bolígrafo o el lápiz a la boca para mordisquearlo.

   Pues bien, se trata de prácticas nada recomendables si lo que deseamos es mantener una buena salud bucodental porque pueden fracturar y desgastar los dientes.

   Lo mismo puede suceder si se mastica hielo, una práctica que a muchas personas les produce rechazo pero que en cambio atrae a otras.

Controla las chucherías que te llevas a la boca

    Comer gominolas es otra de las prácticas que ponen en riesgo una correcta higiene bucodental.

   El problema en este caso se encuentra en que el azúcar que contienen se pega a los dientes y permanece durante tiempo en ellos, de manera que los ácidos que producen acaban afectando al esmalte y pueden provocar caries.

  Es necesario, por tanto, controlar la ingesta excesiva de chucherías. Cuando se tomen, no olvidar limpiar después los dientes.

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